Los zombies han pasado de ser una perfecta metáfora de la decandencia del ser humano y un elemento usado en el pasado para criticar el consumismo de la sociedad y se han convertido en un auténtico reclamo para amasar dinero en el mundo del cine, la televisión, la literatura, los cómics, videojuegos y todo tipo de disciplinas culturales que os podaís imaginar. Buen ejemplo de ello en el cine son las cuatro entregas que llevamos hasta la fecha de la saga Resident Evil, iniciada en 2002 con el film homónimo dirigido por Paul W.S. Anderson, y a la que siguieron Resident Evil: Apocalipsis (2004), Resident Evil: Extinction (2007), y Resident Evil: Ultratumba (2010). 

Pues bien, el 14 de septiembre llegará a nuestras pantallas la quinta entrega de la franquicia, que llevará por título Resident Evil: Venganza, y que contará de nuevo con Anderson en la dirección. Con la su eterna protagonista, Milla Jovovich, volveremos a se testigos de cómo el virus T arrasa la faz de la tierra, diezmando la población de humanos y poblando la superficie del planeta con zombies. Es posible que sea una sinopsis mil veces vista, que no aporte nada nuevo al género y que sea una simple operación para seguir explotando esta gallina de los huevos de oro, pero a su favor tengo que decir que todas y cada una de las entregas me han resultado entretenidas que, en los tiempos que corren, no es moco de pavo. Ya sabemos que no es cine de autor y que la fórmula busca lo que probablemente consiga: hacer que disfrutemos de la Coca-Cola y las palomitas mientras la Jovovich reparte estopa a diestro y siniestro entre hordas de cadáveres andantes.