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13 Asesinos [ 十三人の刺客 ] (Takashi Miike, 2011)

Título original: 13 Assassins (十三人の刺客)   Género: Aventuras
Duración: 126 minutos   País: Japón
Música: Kôji Endô   Web:

El ascenso al poder del joven y sanguinario Lord Naritsugu supone una seria amenaza para la paz en el Japón feudal. Simplemente por ser el hermano del shogun, Lord Naritsugu está por encima de la ley, y asesina y viola a su antojo. Afligido por la masacre perpetrada por el sádico Naritsugu, el oficial Sir Doi contacta secretamente con el samurái Shinzaemon Shimada para acabar con Naritsugu. El noble samurái, indignado por la crueldad de Naritsugu, acepta de buen grado la peligrosa misión. Para ello, reúne a un selecto grupo de samuráis, entre los que se encuentra su sobrino Shinrokuro y el devoto aprendiz Hirayama. Juntos, traman una emboscada para atrapar a Lord Naritsugu. Shinzaemon es consciente del peligro que conlleva. Naritsugu va escoltado por una comitiva encabezada por el letal e implacable Hanbei, uno de sus antiguos rivales.


13 Asesinos es un jidaigeki o drama de época, un género totalmente reurrente en el cine japonés, que cuenta una historia ambientada en el Japón de mediados del siglo XIX, y más concretamente en 1844, período en el que la figura del samurái, guerrero japonés por excelencia, se encuentra en cierto desuso dada la paz y la quietud del momento. El film es una nueva versión de la película homónima (Jûsan-nin no shikaku) dirigida en 1963 por Eiichi Kudo, pero con el filtro y desde el particular punto de vista de un realizador tan peculiar como Takashi Miike, quien explota mucho más la esencia salvaje del acto organizado por estos trece samuráis. 

Tiene la narración dos partes totalmente diferentes. El primer tramo es una pausada y minuciosa presentación del momento y las circunstancias de la historia, siendo testigos del sadismo, la crueldad y la violencia injustificada del indeseable hermano del Shogun, Lord Naritsugu Matsudaira, quien usa su elevada posición para sembrar el terror a su antojo. Asistimos también a la indignación de Sir Doi, uno de los oficiales, y de cómo pulsa los resortes necesarios para que se establezca un grupo de samuráis y ronins con el único y exclusivo objetivo de acabar con la vida de Naritsugu para salvaguardar el honor y la estabilidad política y social de Japón, dado que el objetivo del Lord es volver a instaurar los tiempos bélicos propios de las guerras feudales. Quizá esta parte adolezca de cierta parsimonia y un ritmo pausado, pero es indudable que resulta crucial para entender el devenir de la historia.


La segunda parte se articula en torno al plan elaborado por estos trece samuráis y cómo, cuando y dónde será llevado a cabo. Es entonces cuando se desata la locura, la narración se acelera hasta alcanzar velocidad de crucero y todo desemboca en una trepidante y frenética orgía de sangre y destrucción que toma cuerpo en una batalla épica que se extiende a lo largo de más de 45 minutos de clímax en el que trece hombres se enfrentarán a muchos con un resultado más que satisfactorio (y es aquí cuando tengo que reconocer cierta incredulidad ante la eficacia y resultado del plan inicial, poco menos que un auténtico suicidio). 


Visualmente tiene una puesta en escena muy disfrutable, totalmente clásica, donde vestuario,  escenografía y fotografía se unen para formar una enorme baza de realismo a favor. Además, la mencionada batalla final te mantiene pegado al asiento y permanentemente atento a lo que ocurre en la pantalla ante la posibilidad de que se nos escape algún detalle si parpadeamos. Por contra, creo que le pesa demasiado la parsimoniosa primera parte, que se demora en exceso a pesar de que el film comienza con una escena brutal, un impactante seppuku (切腹, el término culto y más academicista de lo que solemos conocer como hara-kiri). Desde ahí y hasta la chispeante agilidad del tramo final, tengo que reconocer que me aburrí por momentos y que algo de dinamismo no le hubiera venido nada mal, al igual que algo más de atrevimiento y osadía visual, algo a lo que Miike nos tenía malacostumbrados... De todas formas no nos engañemos: Kurosawa sólo existió uno, y era irrepetible.


4 comentarios:

alcorze dijo...

La tengo pendinte de ver. A mi Miike me gusta aunque me parece que tiende a exagerar mucho las situaciones en eus pelis.

Oliver the Bloggerian dijo...

Aquí se ciñe mucho al trasfondo histórico. Quiero decir, no vamos a ver casi ninguna extravagancia e incluso la presencia de sangre se ha reducido bastante. Los últimos 45 minutos, muy buenos.

Perse dijo...

No me gusta mucho Miike y tampoco me llama excesivamente este film....

Anónimo dijo...

No pueden dejar de seguir este espectáculo http://bit.ly/nW6Upl

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