Título original: Ghoulies II   Género: Terror

Duración: 89 minutos   País: EE.UU.

Dirección: Albert Band   Guión: Dennis Paoli, Charlie Dolan (personajes de Luca Bercovici)

Intérpretes: Damon Martin, Royal Dano, Phil Fondacaro, J. Downing

Cuando hace muy poco os hablé de la película Ghoulies (1985), mencioné que los beneficios fueron realmente escandalosos, ya que consiguió recaudar 35 millones de dólares en el mercado del alquiler de VHS habiendo contado con un presupuesto exiguo de tan sólo un millón de dólares. Con semejante éxito comercial era cuestión de tiempo que llegaran las inevitables secuelas para tratar de seguir explotando el filón que se abrió con la primera entrega. Apenas dos años después, en 1987,  llegaría la segunda parte de la saga, que llevaría el nombre de Ghoulies II en un alarde de originalidad suprema.


¿Qué nos vamos a encontrar en esta secuela? Pues más ghoulies, evidentemente, pero en esta ocasión notaremos una ligera mejoría en cuanto al nivel de calidad de los monstruitos en cuestión, que aquí ya dejan de ser cutres marionetas para convertirse, en algunas escenas, en figuras animadas con la técnica del stop motion. No es para tirar cohetes, pero se agradece algo de evolución en las formas respecto a la rigidez de las criaturas de la primera entrega. Quizás esa evolución se deba en parte a que el protagonismo de estos pequeños demonios es mayor que en la película anterior.


En cuanto a la historia, en Ghoulies II seremos testigos de cómo el tono oscuro de la primera parte de la saga da paso aquí al humor y a la comicidad de las criaturas, que acaban por asentarse en una atracción de feria llamada "La Guarida de Satán", donde pronto se convertirán en las auténticas estrellas de la función y, por extensión, de la historia. Hay quien prefiere la sordidez de la película original, y quien disfruta con el tono gamberro y el humor de esta secuela. Lo que está claro es que el tono cutre es una constante en ambos films.

Poco que comentar respecto al reparto: si acaso, mencionar el buen hacer de Phil Fondacaro, ese pequeño gran actor con una larga lista de películas a sus espaldas, entre las que destacan Willow (1988), El club de los vampiros (1996), La tierra de los muertos vivientes (2005). Incluso llegó a hacer de Ewok en El Retorno del Jedi (1983). Realmente, es el único que parece tomarse en serio su papel, e incluso se permite el lujo de citar en varias ocasiones a Shakespeare, dando credibilidad a su papel de actor teatral frustrado que ha tocado fondo como figurante en una atracción de feria. El resto, realmente penosos, la verdad.


Y poco más que contar de esta cutre pero simpática secuela que no busca sino aprovechar el tirón de esa copia barata de los gremlins que son los ghoulies. Guión más simple que el mecanismo de un botijo, mejores marionetas (a excepción del monstruo final, cutre a rabiar...), alguna que otra escena gore para el recuerdo y una banda sonora que nada tiene que ver con la que compusiera Richard Band para la primera parte de la saga, pero que en esta ocasión incluye un tema que tuvo cierto éxito en aquellos años: Scream Until You Like It, de los W.A.S.P. Hoy, para cerrar, os voy a dejar con ese video musical en lugar del típico trailer (que podeís ver AQUI).