El bosque es un lugar demasiado oscuro y profundo, tengo promesas que cumplir y mucho que viajar antes de poder dormir...

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Malos de película!

"Vosotros necesitáis gente como yo, a la que poder apuntar con vuestros jodidos dedos para decir: 'Ese es el malo'." Tony Montana (Al Pacino) en "El Precio del Poder" "Siempre son los malos los que hacen latir deprisa el corazón de una chica" Epiphany Proudfoot (Lisa Bonnet) en "El Corazón del Ángel" Si hay un ingrediente cuasi omnipresente en el mundo del cine que suele constituir el eje sobre el cual giran la inmensa mayoria de peliculas, ese es sin duda la yuxtaposición y el enfrentamiento entre dos vertientes morales, la eterna dicotomía entre el bien y el mal, el enfrentamiento eterno entre héroes y villanos. Es ínfima la proporción de films que no muestran en pantalla la lucha entre aquellos personajes que creen defender lo correcto frente a aquellos que golpean los cimientos de la sociedad y su férrea ética, bien sea por buscar el beneficio propio en forma de dinero, poder o fama, o simplemente por enfrentarse a las reglas establecidas que componen la moral actual. La figura del héroe que se ha de enfrentar a aquellos que buscan romper el equilibrio está latente en el cine actual y es un clásico básico, pero más imprescindible aún se antoja la presencia del villano, un personaje sin el cual el héroe se limitaría a ser uno más, llegando incluso a no existir y a confundirse entre la multitud: la dependencia que del villano tiene el héroe es total. El malo de la película puede dedicarse a realizar fechorias sin más: solamente tiene que ponerse a ello y no depende de nada ni de nadie, solo responde ante sus ansias de alcanzar sus objetivos a cualquier precio, o simplemente ante su deseo intrinseco de sembrar caos, destrucción y muerte, que muchas veces no cuenta con una explicación clara. Sin embargo, la figura heróica necesita al villano tanto como al aire. Sin el mal personificado, no existiría esa figura que por unos u otros motivos decide enfrentarse a aquellos que golpean la etica y la moral. Desde los comienzos del cine, el mal ha estado presente a lo largo de todos estos largos años. Y multiples y variadas han sido sus intenciones y sus disfraces. Hemos visto desfilar en pantalla a todo un universo de personajes que, por un motivo u otro, traspasan la delgada linea que separa el bien y el mal: ultravillanos que pretenden hacerse con el control del mundo y que cuentan con todo un festival de esbirros y secuaces para su uso y disfrute a fin de alcanzar el tan ansiado trono de "lider del mundo"; mafiosos, delincuentes y organizaciones criminales que anhelan poder y dinero, sin escrúpulos y capaces de inflingir las mas horribles torturas para conseguir lo que pretenden; científicos locos y "mad doctors" totalmente enajenados que buscan en la ciencia la fórmula mágica o el invento definitivo que los catapulte a la fama y el prestigio dentro de la comunidad cientifica cueste lo que cueste o el arma total para controlar el mundo a su antojo sin importarles lo mas minimo el coste humano; brujos, chamanes y demás guerreros o jefes tribales de cualquier raza, color y nacionalidad, en cuya cultura no está muy claro el límite entre lo que es correcto y lo que no, y que no se preocupan en absoluto de aprender la diferencia cuando se adentran en el "mundo civilizado"; fantasmas y espectros sobrenaturales que vuelven del más alla empecinados en asustar y atemorizar en el mundo de los vivos, con resultados muy dispares; seres malditos y monstruos clásicos vestidos con capa, vendas o disfraces de lobo, temidos a lo largo y ancho del planeta cuya fama les ha catapultado directamente a la categoría de leyendas del cine de terror; locos y psicópatas con o sin máscara, refinados o no, a los que les falta más de un tornillo y que disfrutan con cualquier objeto punzante y un cuerpo donde practicar la acupuntura más brutal; todo tipo de criaturas abominables desenfrenadas, animales rabiosos y hordas de bichos extrañisimos a más no poder cuya dieta es, digamoslo así, contraproducente para el ser humano; matones y macarras de barrio que se empeñan en hacerle la vida imposible a cualquiera que les mire a la cara o no les entregue como tributo el dinero del almuerzo en el instituto.... Y así podríamos seguir desguazando multitud de estereotipos de diferentes características, pero con un denominador comun: no encajan en la idea de etica y moral establecida. Y a mí, desde que tengo uso de razón, siempre me ha entusiasmado el lado oscuro. Recuerdo que cuando apenas levantaba un palmo del suelo, jugaba con las figuritas de los "Masters del Universo". Tenia varias, entre ellas a He-Man y a Skeletor, y este último era mi preferido. He-Man era el bueno, el héroe: un guaperas alto, con el pelo rubio a lo paje, vestido con taparrabos y que gritaba cada dos por tres aquello de "Por el poder de Greyskull, yo tengo el poder!!!". Que iluso, nada más lejos de la realidad. Allí el que cortaba el bacalao era Skeletor, una criatura maligna en teoria, un titánico villano con rostro de calavera, que vestia con cierta clase y combinaba bien los colores, y con multitud de esbirros a su servicio que le temían y le adoraban. Skeletor luchaba contra la monarquia en Eternia. El tio molaba, y aunque nunca se salía con la suya, al menos lo intentaba, trataba de cambiar el orden establecido, luchaba por aquello que creía... Sin embargo, que haria He-Man sin Skeletor? Nada!!! No sería un héroe, ni el salvador de su reino...seria un simple heredero a la corona. Skeletor era lo máximo y, además, la tia que tenia a su lado estaba mas buena que la que tenía He-Man. Era mala, si, pero estaba cañón... Y después de este desfase, vuelvan las aguas a su cauce... Sin duda, al igual que se ha hablado desde casi siempre de la "erótica del poder", también deberia hablarse de lo atractivo del lado oscuro y el mal. Está claro que aunque sea algo abyecto, terrible, oscuro e inmoral, el mal atrae. Y atrae porque supone la personificación en pantalla de nuestros miedos, de aquello a lo que tememos y a lo que, por imposible e inexistente, seguramente nunca nos enfrentaremos, pero podemos verlo en el cine y asi observar como otros le hacen frente con mejores o peores resultados. Los buenos villanos de cine suelen ser inteligentes, suelen tener poder, mientras que el héroe sólo cuenta, en muchas ocasiones, con su valentía y arrojo para hacerle frente. De ahi que exista una dicotomía entre los que se alinean del lado del héroe y se identifican con él porque sin apenas nada se enfrenta al inteligente y poderoso, y los que sienten admiración por ese villano que maquina y conspira usando su inteligencia, entre los que me incluyo. Por eso el cine es cine, y en la pantalla un gañan de pueblo sin miedo al peligro puede con una inteligente y brillante mente criminal. En fin... Es por eso que, debido a mi fascinación por aquellos personajes marginados por el simple y llano echo de ser malvados, que les voy a dedicar mi tiempo y mucha parte de este blog. Hablaré con frecuencia de ellos: unos serán suculentos personajes con psiques donde ahondar e indagar en busca del origen de su mal; y otros serán esbirros y villanos de pacotilla que más que infundirnos pánico y terror seguramente hicieron que nos echáramos unas risas entre amigos. Pero todos ellos tienen cabida aquí, porque todos fueron, son y serán "EL MALO DE LA PELICULA"

1 comentarios:

Perse dijo...

Hombre, yo no veía los masters del universo ( yo era más de "Dragones y mazmorras" y el super malvado Venger ), pero hablar sobre villanos, psicópatas y demás jauría me parece una excelente idea. Hay que decir que un montón de películas deben agradecer su éxito al carisma que derrocha el psicópata de la función ( por ejemplo, "Seven" o el mismisimo Freddy Krueger, estrella indiscutible de su saga ). Esperaré con ilusión a ver con quién rompes el hielo. (Por que Skeletor no cuenta, ¿verdad? ;)

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