Título original: Buried
Año: 2010
Duración: 93 minutos
País: España
Género: Thriller
Dirección: Rodrigo Cortés
Guión: Chris Sparling
Intérpretes: Ryan Reynolds
Música: Víctor Reyes
Web: experienceburied.com
Paul Conroy, padre de familia y contratista civil en Irak, es secuestrado y despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera, teniendo en su poder únicamente un teléfono móvil y un mechero. El teléfono es el único medio para tratar de escapar de su agónica pesadilla. La cobertura precaria y la escasa batería son sus mortales enemigos en una carrera a vida o muerte contra el tiempo: sólo dispone de 90 minutos para lograr su rescate antes de que se le agote el oxígeno...
A veces es sorprendente lo poco que necesitan los buenos directores para llevar a buen puerto una película, mientras otros, manifiestamente no tan buenos, dilapidan enormes cantidades de dinero en contar historias realmente insulsas y que se pierden en una manida tela de araña a base de efectos especiales prefabricados.
Es el caso de Buried (Enterrado), una película enorme, de las mejores sin duda no ya de este 2010, sino de los últimos años, en la que un españolito llamado Rodrigo Cortés (que ya apuntaba maneras con Concursante, su largometraje debut...) ha ejecutado con maestría hitchcockiana una historia trepidante, rebosante de tensión y salvando las elevadas y numerosas dificultades técnicas que conlleva el rodar una película que transcurre en un ataúd de madera enterrado bajo tierra. En ese sentido, la pericia técnica de Cortés no hace sino ensalzar las virtudes del film: un montaje muy trabajado, un ritmo trepidante durante la mayor parte del metraje (con unas elipsis temporales sublimes), excepcionales movimientos de cámara, magistral fotografía... No cabe duda de que es en el apartado técnico donde Buried triunfa sin paliativos.
Eso no quiere decir que el guión no esté a la altura, sino todo lo contrario: el texto de Chris Sparling incluye detrás de la agobiante y tensa historia una serie de veladas críticas y referencias a la burocracia norteamericana, la cual queda en evidencia como bien se puede apreciar durante una llamada telefónica del protagonista del film. El único y minúsculo resbalón que se le puede achacar desde mi punto de vista es una escena que pese a constituir un momento de alta tensión en la narración, quizás chirríe un poco y parece introducida con calzador (los que hayan visto la película me entenderán).
Eso no quiere decir que el guión no esté a la altura, sino todo lo contrario: el texto de Chris Sparling incluye detrás de la agobiante y tensa historia una serie de veladas críticas y referencias a la burocracia norteamericana, la cual queda en evidencia como bien se puede apreciar durante una llamada telefónica del protagonista del film. El único y minúsculo resbalón que se le puede achacar desde mi punto de vista es una escena que pese a constituir un momento de alta tensión en la narración, quizás chirríe un poco y parece introducida con calzador (los que hayan visto la película me entenderán).
Y qué decir del único protagonista de la función: un gran Ryan Reynolds que, tengo que decirlo, me ha sorprendido gratamente, pues lo tenía totalmente asociado a papeles almibarados en comedias románticas, dando vida a personajes con muy poca sustancia. En esta ocasión logra una interpretación excelente, transmitiendo de una manera totalmente real y creíble el dramatismo, la desesperación y la angustia propias de un hombre enterrado vivo. Me quito el sombrero ante Reynolds y ya espero ansioso el estreno de Green Lantern para comprobar qué puede hacer el actor canadiense en la piel de todo un superhéroe.
Buried es, sin duda, una película que hay que ver sí o sí, tremendamente disfrutable tanto en el cine como en el salón de tu casa, para ver en oscuridad con las persianas bajadas y en absoluto silencio para disfrutar en todo su esplendor de la experiencia que supone. Un inmenso film desde los preciosos títulos de crédito hasta su magnífico final, pasando por ese comienzo minimalista que confirma que estamos ante una película diferente, y después de pasar hora y media en la piel de un hombre enterrado vivo que lucha por sobrevivir, cosa que se dice pronto. Podemos estar tranquilos que el buen cine no ha muerto.
6 comentarios:
Me alegro de que te haya gustado tanto como a mi.
Es que es buen cine con mayusculuas.
Y ese de arriba era yo... que sigue en guerra con blogger y su sistema de comentarios.
Esta es una peli que tengo bastantes ganas de ver, y... después de que la hayas puesto como la has puesto, pues más aún :P
Si al final resulta que no me gusta, vendré aquí a echarte la culpa, que-lo-se-pas XD
Es muy buena película, resulta agobiante por lo obvio, pero pese a lo reducido de su planteamiento en ningun momento se hace pesada. Logra que haya empatía con el protagonista, quien nos hace llegar su desesperación gracias a la gran interpretación de Ryan Reynolds, quien por fin se desmarca de las chorradas habituales para ofrecernos aqui un trabajo perfecto.
Un film disfrutable, agridulce, de esos que cuando acaba el film la sala se queda en silencio...
Resulta curioso que precisamente hoy haya visto carteles en el centro de la ciudad promocionando la película y que luego pongas esta entrada. :D
Es raro ver ese tipo de carteles para una película. En la parte en que los vi suelen poner carteles de obras de teatro, conciertos o partidos de fútbol. Nunca de películas...
Habrá que hincarle el diente a esta peli. :P
No esperaba tanto de una pelí con una premisa tan sencilla. Sin embargo, la historia tiene recorrido y llena los noventa minutos perfectamente. Coincido totalmente contigo en el aspecto técnico. Cortés lo borda.
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