Una corporación farmaceútica llamado NewGen ha desarrollado el RAK 295, un potente complemento vitamínico para aumentar el rendimiento físico y psicológico. El producto, que está siendo probado en 30.000 voluntarios, se vuelve inestable y aparecen los efectos secundarios, aumentando la fuerza y la rapidez de los sujetos experimentales, a la par que les hace desarrollar un incontrolable apetito por la carne humana. El ex-je de seguridad de NewGen, Cole, busca a Angela, la primera de las personas que se sometieron al test y única que no ha sufrido la infección. Junto a un grupo de personas, intentarán abandonar un Londres apocalíptico infestado de estas terribles criaturas.

En el principio George A.Romero rodó La Noche de los Muertos Vivientes. Y dijo Romero: Que los muertos se levanten de sus tumbas; y los muertos abandonaron sus sepulturas para caminar sobre la faz de la Tierra. Y llamó Romero zombies a los muertos vivientes, y a los vivos los llamó humanos, y los separó en dos bandos enfrentados para siempre. También vió Romero que los zombies eran legión, y que los humanos siempre estaban en inferioridad numérica, y equilibró la contienda haciendo a los primeros extremadamente lentos y torpes, y concediendo a los segundos con todo tipo de armas. Y así, humanos y zombies, zombies y humanos convivieron durante décadas, hasta que llegó El Profeta Danny Boyle, que otorgó a los zombies el don de la velocidad y la fuerza sobrehumana a cambio de una infección, poniendo las cosas extremadamente feas para los vivos y dejando patas arriba el universo establecido por Papá Zombie...

Y hoy, nueve años después, los zombies, infectados o como queraís llamarles,siguen siendo en numerosas ocasiones auténticas máquinas de matar alimentadas por su afán de comer no ya cerebros, sino todo lo que huela a carne humana. El director de Devil's Playground, el debutante Mark McQueen, es  fiel discípulo de la doctrina Boyle, y sus infectados son aún más rápidos si cabe que los de 28 Días Después (2002). En ese sentido, esta película que hoy ocupa nuestra atención no aporta nada nuevo al género y es más de lo mismo: historia de una infección que se desata en una gran urbe (en este caso, Londres...) y el espectador siendo testigo de la propagación de la epidemia y de los esfuerzos por parte de un grupo de supervivientes para salvar sus vidas, en este caso con el añadido de que uno de ellos, inmune a la infección, puede ser la clave para la salvación de la raza humana y bla, bla, bla...


Las actuaciones son, en general, bastante pobre y limitadas y quizás debido a un guión que no deja resquicio alguno para que nadie se luzca. Todo es previsible y no hay lugar para la sorpresa. Y los efectos especiales son a todas luces escasos e insuficientes para tratarse de una película de zombies/infectados, con lo que todo eso conlleva: apenas hay sangre y el maquillaje de las criaturas es limitado.

En definitiva, película-crisol que toma elementos de aquí y allá,  recomendada sólo para fans del género zombie que estén necesitados de su dosis mensual de muertos vivientes o sucedáneos y que aquí tendrán ración extra de zombies que bien podrían participar en triatlones, maratones y demás pruebas de resistencia. Como suelo decir, corren que se las pelan (pero no viceversa).