Nueva entrega de esta sección que pedía a gritos una actualización... Dicho y hecho, y esa actualización llega mediante los títulos de crédito de todo un clásico o, mejor dicho, de los tres grandes westerns clásicos que componen la llamada Trilogía del Dólar, tres películas dirigidas por Sergio Leone y protagonizadas, entre otros, por Clint Eastwood. Estas tres spaghetti-western son Por un Puñado de Dólares (Per un pugno di dollari, 1964), La Muerte tenía un Precio (Per qualche dollaro in più, 1965) y El Bueno, el Feo y el Malo (Il Buono, il brutto, il cattivo, 1966), y en los tres films le debemos los títulos de crédito a Iginio Lardani, un auténtico autodidacta que también realizó carteles de cine (como el de Sólo ante el Peligro) y se destapó como un gran creador de trailers debido a su capacidad de elegir imágenes clave y condensarlas a la perfección
Por un Puñado de Dólares fué el primer spaghetti western en ganarse cierto reconocimiento internacional, a pesar de que se estrenó en los EE.UU. con tres años de retraso respecto a su estreno en Italia. Iginio Lardani supo conjugar la excelente banda sonora de Ennio Morricone con la fuerza de un conjunto de imágenes icónicas únicas de gran impacto visual, influyentes sin duda alguna en el pop-art posterior que hoy en día muchos artistas abrazan. Además, Lardani hizo esta pequeña joya gratis, cosa que Leone le agradeció enormemente en su día
Para la segunda entrega de la trilogía (la magnífica La Muerte tenía un Precio) la fórmula se repetía casi por completo: la excepcional banda sonora de Morricone seguía siendo un valor seguro e inalterable, y Lardani repetía como creador de la intro, que en esta ocasión se simplificó bastante: se dejan atrás las imágenes icónicas cercanas al pop-art y se da paso a la imagen real (ese desierto de Almería donde se rodó...), con un resultado que no se puede calificar de peor o mejor, aunque sí de diferente y menos llamativo:
Para el cierre de la trilogía, El Bueno, el Feo y el Malo, Lardani concibió una secuencia legendaria, tanto como lo es la película en sí o la sublime banda sonora de Morricone, que cerraba así una tremenda odisea musical que le encumbraría como uno de los mejores compositores de bandas sonoras de la historia. Lardani decidió que esta intro sería una llamativa mezcla de imágenes reales y el mismo tratamiento icónico que ofreció en Por un Puñado de Dólares (incluyendo el caballo que aparecía en los títulos de crédito), con un tipo de letra muy adecuado, unas curiosas combinaciones de colores, transiciones efectistas y unos efectos de sonido geniales. Realmente concibió una intro para el recuerdo...
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